Son muchas las curiosidades que existen alrededor del café, pero hoy queremos hablar de una muy interesante, el por qué bebemos más o menos café. Al parecer, según unos científicos estadounidenses, la respuesta está en los genes.
Investigadores del Instituto Nacional del Cáncer y de varias universidades estadounidenses descubrieron dos genes cuyas variaciones determinan el consumo individual de cafeína. Son el gen CYP1A2, que está implicado en el metabolismo de la cafeína, y el gen AHR, que se encarga de regular dicho metabolismo.
Las investigaciones llevadas a cabo apuntaban a que las personas que tenían el genotipo de alto consumo para cada gen toman alrededor de 40 miligramos más de cafeína que los que tienen un perfil genético de bajo consumo, lo que equivale a un tercio de una taza de café o a una lata de refrescos de cola.
Este descubrimiento no es solo una de esas curiosidades sobre el café, sino que identificar esos genes y cómo afectan al consumo diario de café puede ayudar a entender la velocidad del metabolismo de la cafeína, durante cuánto tiempo circula por la sangre y como de intensos son los efectos de su consumo en cada persona. Y saber esto ayudará a mejorar muchos procesos físicos y mentales en los que la cafeína puede jugar un papel muy importante como los patrones de sueño, el estado de ánimo, el nivel de energía o el rendimiento físico y mental.
Pero hay más curiosidades sobre la relación entre genes y café que esta vez vienen de la mano de investigadores de las universidades de Edimburgo y Trieste y que en parte son una continuación de la anterior. Al parecer la cantidad de café que tomamos depende en gran medida de la actividad de un gen, el PSDD2, que está implicado en la degradación de la cafeína.
Según la investigación, las personas que tienen más activo este gen tienden a beber menos tazas de café, ya que este gen reduce la capacidad de las células del organismo para degradar la cafeína. Así esta sustancia excitante permanece más tiempo activa en el cuerpo y esa persona bebe menos tazas. Según los científicos, cuanto más activo está el gen PSDD2, más se inhibe el funcionamiento de los genes implicados en la degradación de la cafeína.
Una de las curiosidades de esta investigación es que para llegar a estas conclusiones se analizó la información genética de 370 habitantes de un pueblo del sur de Italia y de 843 personas de otros seis pueblos del noreste de Italia y se les preguntó cuántas tazas de café bebían a diario. Después se replicó la investigación con 1.731 personas de Holanda. Los resultados fueron muy similares, aunque en Holanda el efecto del gen fue menor. Los científicos consideran que eso ocurrió debido a la forma en qué toman el café en cada país: en Italia beben más tazas pequeñas de café solo, mientras que en Holanda las tazas de café son más grandes y contienen más cafeína.
Se sabe que los genes influyen en muchos aspectos de nuestra personalidad, pero estas investigaciones demuestran que su papel es muy importante en nuestros gustos. Así que ya sabes, la cantidad de café que tomas no solo depende de qué te guste más o menos sino también de que tengas más o menos activos diferentes genes.