Elegir un buen café en grano puede parecer una misión imposible con tantas opciones en el mercado. ¿Arabica o Robusta? ¿Tueste claro o oscuro? ¿De Colombia o de Etiopía? Si alguna vez te has sentido perdido frente a una bolsa de café, este artículo es para ti.
Como amantes del buen café, queremos ayudarte a distinguir lo bueno de lo mediocre. Porque cuando eliges un grano de calidad, la diferencia se nota. En el sabor, en el aroma… ¡y en el placer de cada taza!
Aquí te contamos las 5 claves que usamos los expertos para reconocer un café en grano de primera.
1. El origen sí importa
El país (y hasta la región) de donde proviene el café influye directamente en su sabor. No es lo mismo un café de Colombia que uno de Kenia o Brasil.
- Cafés de América Latina: suelen tener notas más dulces, achocolatadas y con buena acidez. Colombia, Perú o Guatemala son apuestas seguras si te gustan los sabores equilibrados.
- Cafés africanos: como los de Etiopía o Kenia, son más frutales, florales y complejos. Perfectos si te gusta experimentar.
- Cafés asiáticos: como los de Sumatra o India, tienen sabores más terrosos y especiados. Ideales para quienes buscan un café con cuerpo.
Si estás empezando en el mundo del café, prueba orígenes únicos antes que mezclas. Así entrenas tu paladar y descubres qué te gusta.
2. Arabica vs. Robusta: no todo vale
Estos son los dos grandes tipos de café en grano, y conviene saber diferenciarlos:
- Arabica: es el más valorado. Su sabor es más suave, aromático y complejo. Tiene menos cafeína y más acidez. Es el que suelen usar los cafés de especialidad.
- Robusta: más barato, fuerte y amargo. Tiene más cafeína y menos aroma. Se usa mucho en cafés comerciales y mezclas para espresso.
Busca cafés 100% Arabica si valoras el sabor y la calidad. Si te gusta el espresso con cuerpo y un punto de amargor, una mezcla con un toque de Robusta puede ser interesante.
3. El tueste: ni muy claro, ni muy oscuro
El tueste es clave para el sabor del café en grano. Y no, no todos los granos valen para todo tipo de tueste.
- Tueste claro: conserva más las notas originales del grano. Es ideal para métodos como V60, Chemex o AeroPress.
- Tueste medio: equilibrado y versátil. Va bien tanto para filtro como para espresso.
- Tueste oscuro: más intenso y amargo. Suele usarse en espresso, aunque puede tapar matices si el café no es de mucha calidad.
Evita cafés demasiado tostados (casi negros). Muchas veces se tuestan así para esconder defectos del grano. Un buen café no necesita disfraz.
4. Fíjate en la fecha de tueste, no en la de caducidad
Esto es clave. El café es un producto fresco, como el pan o el aceite de oliva. No dura años. Cuanto más reciente sea la fecha de tueste, mejor sabor tendrá.
Intenta consumir el café entre los 7 y 30 días después del tueste. Después de eso, empieza a perder aroma y sabor. Y si puedes, guarda los granos en un recipiente hermético, lejos de la luz y el calor.
5. Confía en tostadores de calidad (y olvídate del súper)
La mayoría de cafés en grano que encuentras en el supermercado son industriales: tostados en masa, envasados hace meses y con granos de baja calidad. No es casualidad que muchos sepan igual… o a nada.
Apuesta por tostadores locales o tiendas especializadas. Suelen trabajar con lotes pequeños, café de especialidad y te dan mucha más información (origen, variedad, notas de cata, fecha de tueste…).
Un buen ejemplo es Il Cafinito, un café en grano de alta calidad que apuesta por el sabor auténtico, el respeto por el grano y una experiencia real en cada taza.
Bonus: Muele el grano en casa, siempre que puedas
Esto no es una clave para elegir el grano, pero sí para sacarle el máximo partido. El café molido pierde aroma muy rápido. Si compras café en grano y lo mueles justo antes de prepararlo, la diferencia es brutal.
No necesitas un molinillo carísimo. Con uno manual de buena calidad ya das un gran paso. Y si prefieres la comodidad, también hay cafeteras automáticas, como la Sarista, que muelen el café en grano justo antes de prepararlo. Así disfrutas de un café fresco, sin complicarte.
