A todos nos ha pasado alguna vez… Madrugas, te pasas toda la mañana trabajando, y después de comer aún tienes por delante 2 o 3 horas de interminable trabajo. El problema es que tu cuerpo no responde por el sueño y el cansancio. En ese caso, ¿qué es mejor: siesta o café?. La respuesta puede que te sorprenda.

Por una lado, el café es parte fundamental para muchas personas que buscan despertar y ganar energía. Por otro, dormir es esencial para recargar las pilas, aumentar nuestro estado de alerta, nuestra memoria y creatividad. Difícil decisión…

Por suerte, se ha descubierto que no son incompatibles, e incluso se le ha puesto nombre al hecho de combinarlos: siesta del café. Diversos estudios científicos han demostrado que tomar un café justo antes de dormir una siesta de 20 minutos, es mucho más efectivo para recuperarse que cualquiera de las opciones por separado.

Existen varios experimentos al respecto. Un estudio a cargo de la Universidad de Loughborough, en Reino Unido, demostró que los participantes cansados que tomaron una siesta de café durante 20 minutos cometieron menos errores en un simulador de conducción, en comparación a otros individuos que tomaron solo café (o un placebo descafeinado), o los que tomaron solo una siesta.

Por su parte, un estudio japonés demostró que las personas que tomaron una siesta de café antes de realizar una serie de pruebas memorísticas eran significativamente mejores que aquellos que solo habían tomado una siesta. Además, se calificaron subjetivamente a sí mismos como más descansados.

¿Cómo es posible? La respuesta tiene que ver con cómo actúa la cafeína en nuestro cuerpo. Esta molécula debe ser absorbida por el tubo digestivo, llegar a la sangre y finalmente a nuestro cerebro. Allí su función será bloquear a otra molécula, la adenosina, y actuar sobre los receptores de esta. Es decir, la cafeína compite contra la adenosina.

Pero, ¿qué es la adenosina? Es un subproducto de la actividad cerebral, generado para decirle a nuestro cerebro que necesita descanso. Si la cafeína interrumpe su función sentiremos menos cansancio. Sin embargo, la cafeína no puede bloquear toda la adenosina cerebral, y hay puntos donde ésta sí consigue unirse a sus receptores. Ahí entra en juego la siesta.

Como hemos comentado, la cafeína necesita 20 minutos para actuar, el tiempo justo para tomarnos una siesta. Es importante que la siesta no dure más tiempo, pues entraríamos en una fase profunda del sueño (REM) y nos despertariamos más cansados. Un sueño corto será suficiente para “limpiar” un poco el cerebro de adenosina, y de esta forma echarle un cable a la cafeína.

Así que a partir de ahora, cuando te sientas cansado y dudes entre tomar un café o una siesta corta, ¡combínalos! Te despertarás como nuevo.

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