Hay quien cree que los ojos son el espejo del alma. Pero nosotros, cafeteros empedernidos, tenemos otra teoría: tu café también dice mucho de ti. No hablamos solo del tipo de bebida que eliges, sino de cómo la tomas, cuándo, dónde y con quién. ¿Puede una taza de café revelar tu personalidad? Puede que no haya una fórmula exacta (¡esto no es astrología barista!), pero sí existen algunos estudios y observaciones que relacionan ciertas elecciones con rasgos de carácter.

Prepárate un café —como más te guste— y sigue leyendo. Igual te descubres en alguna de estas descripciones.

El café solo: intensidad y practicidad

Si eres de los que toman el café solo, sin azúcar, ni leche, ni florituras… probablemente seas una persona directa, eficiente y algo perfeccionista.

Según algunas investigaciones en psicología de consumo, quienes prefieren el café solo tienden a ser más prácticos, tradicionales y con una personalidad orientada al logro.

Te gusta mantener las cosas simples y efectivas, sin distracciones. Pero cuidado: a veces puedes parecer un poco serio o reservado para los demás.

Eso sí, si te lo tomas muy caliente y en taza pequeña… puede que tengas personalidad de filósofo o de noctámbulo empedernido.

Café con leche: equilibrio y armonía

¿Te va el clásico café con leche? Entonces probablemente seas una persona amable, conciliadora y paciente.

Este tipo de café es el más popular en España y muchos países de habla hispana, y suele estar asociado a personas que buscan el equilibrio, tanto en la vida como en el paladar.

Suaves, pero con energía; dulces, pero con carácter. Si eres de los que necesitan empezar el día con un café con leche y tostadas, es posible que te gusten las rutinas y los pequeños placeres diarios.

Sueles ser de trato fácil, confiable, y alguien con quien es agradable compartir conversación… y desayuno.

Capuchino o latte con espuma: el detallista sociable

Si tu elección habitual es un capuchino o un café con mucha espuma artística, puede que tengas una personalidad creativa, sociable y algo perfeccionista.

Disfrutas tanto del sabor como de la presentación. Te encanta compartir fotos de tu taza en redes sociales y no te importa esperar un par de minutos más si el resultado es bonito. Tienes sensibilidad estética y valoras los detalles, lo cual también se refleja en cómo te relacionas con los demás.

¿Te lo tomas con leche vegetal y pides “con canela y doble de espuma”? Probablemente seas una persona que busca diferenciarse y cuidar de su salud o del planeta… o ambas.

Café instantáneo: el práctico sin tiempo que perder

No todo el mundo puede (o quiere) hacerse un espresso a las 7 de la mañana. Si lo tuyo es el café soluble, probablemente seas alguien resuelto, adaptable y con mil cosas en la cabeza.

No tienes tiempo para complicaciones. Lo que quieres es cafeína rápida y resultados inmediatos. Puede que tu vida sea un poco caótica, pero también sabes improvisar, reaccionar con rapidez y adaptarte a lo que venga.

Eso sí, quizá te vendría bien parar de vez en cuando y disfrutar del proceso… y del aroma de un café recién hecho.

Espresso: intensidad y control

Quienes prefieren el espresso —corto, intenso y sin adornos— suelen ser personas determinadas, exigentes y con personalidad fuerte.

Valoras la calidad, el sabor puro y la energía directa. Te gusta tener el control de lo que consumes y de lo que haces. No sueles perder el tiempo con medias tintas, y cuando te propones algo, vas a por ello.

El espresso tiene algo de ritual: es breve, pero contundente. Como tú cuando hablas poco… pero dejas huella.

Café frío o con hielo: el inconformista moderno

¿Eres de los que piden café con hielo incluso en invierno? ¿O prefieres un cold brew, frappé o café con leche vegetal bien fresquito?

Entonces seguramente seas una persona moderna, abierta al cambio y con espíritu innovador. No te importa romper con lo tradicional y seguir tu propio camino. Valoras lo diferente, lo nuevo, y te gusta probar cosas. Eres de los que saben lo que quieren, aunque los demás no siempre lo entiendan.

Probablemente también seas fan del brunch y no te asuste mezclar trabajo con placer.

¿Y cómo lo tomas?

No solo el tipo de café importa. También influye cómo, cuándo y dónde lo tomas.

  • ¿Solo o acompañado? Si prefieres el café en soledad, probablemente seas introspectivo, necesitas tu espacio. Si lo usas como excusa para socializar, valoras mucho las relaciones personales.
  • ¿En taza o en vaso de plástico para llevar? Quienes optan por el take away suelen ser dinámicos, multitarea, y viven a buen ritmo. Los de taza en mano, más pausados y de sofá o sobremesa larga.
  • ¿Recién hecho o recalentado en el microondas? Este punto ya habla por sí solo

La personalidad no cabe en una taza

Como ves, hay muchas formas de interpretar nuestras elecciones cafeteras. Pero no olvides algo importante: la personalidad es compleja y flexible. Todos podemos sentirnos identificados con varios estilos de café según el momento del día o la etapa de la vida.

El café nos acompaña, nos despierta, nos calma y nos conecta. Pero al final, lo que cuenta no es solo lo que tomas, sino cómo lo disfrutas.

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