Las diferencias entre un café expresso y uno americano radican en la preparación que llevan cada uno de ellos y en la forma de disfrutarlo también.

Si hay una bebida deliciosa y versátil, que admita las mil y una combinaciones, es el café. Dos de las variaciones más extendidas y degustadas son el espresso y el americano. ¿Cuáles son las diferencias entre un café expresso y uno americano?  Ambos son un café solo y con una base, en apariencia similar. Pero con una preparación muy distinta en la que intervienen de forma decisiva el molido del grano de café, la temperatura del agua, la concentración del producto, etc. que hacen que su textura, olor y sabor sean completamente distintos y en ocasiones, la forma de disfrutarlo también.

Café Expresso y americano. Orígenes

El expresso, surge en Italia, concretamente en la ciudad de Milán, en 1906. Dos empresarios, Luigi Bezzera y Desiderio Pavoni, presentaron por primera vez de forma comercial una máquina para hacer esta modalidad de café en la conocida Feria Internacional de esta ciudad.

Esto no hubiera sido posible si previamente, en 1884 el inventor y empresario italiano Angelo Moriondo, no hubiera construido y patentado una máquina para servir café en la que se utilizaban por primera vez el agua y el vapor. La ideó con el fin de poder servir el café de una forma mucho más rápida a los clientes que diariamente frecuentaban sus negocios. Se fueron sucediendo las mejoras y fue 1948 cuando Achille Gaggia presentó una nueva versión sin vapor a través de la que se podían crear presiones elevadas y podemos considerar que a partir de ese momento es cuando nace el término Café Expresso.

Por su parte, el denominado americano, se cree que durante la Segunda Guerra Mundial cuando los baristas italianos intentaban imitar para los soldados estadounidenses que estaban allí destinados, el sabor del café de filtro añadiendo agua caliente al espresso porque estos lo consideraban demasiado ácido y fuerte de sabor. El café largo en cambio es más liviano y poco amargo.

La preparación del café expresso y del americano

¿Cuáles son las diferencias entre un café expresso y uno americano? Además del sabor, las diferencias entre un café expresso y uno americano radican principalmente en la preparación.

El café expresso se prepara moliendo entre 7 y 9 gramos de café muy finamente, en una máquina especial. El molido tan fino es el que asegura un líquido oscuro y de sabor tan intenso que exige para su presentación óptima tazas de gruesa porcelana blanca con forma elíptica que nos permitirá apreciar todo el sabor, intensidad y a la vez mantener la temperatura de un buen café espresso.

La fuerza necesaria para que el agua pase a través del grano molido ha de tener una presión entre 5 y 15 bares y con el agua a una temperatura alrededor del punto de ebullición (entre los 90º – 96º). Así se consigue esa apreciada espuma dorada, que es en realidad una crema muy fina, producto resultante de las burbujas por el dióxido de carbono.

Por su parte, la elaboración del americano se realiza a través del filtrado por goteo. Se utiliza una mayor proporción de agua y la cantidad de café utilizada debería estar entre los 7 – 8 gramos por cada 100 ml de agua. Otra de las diferencias entre un café expresso y uno americano es la molienda del grano. En el caso del americano es de textura media, un grano demasiado grueso no nos permitiría obtener toda su intensidad y si se hiciera muy fino el café resultaría demasiado amargo. Por eso, con un punto de la molienda medio obtenemos un café cuyo sabor y consistencia son mucho más ligeros, se sirve en tazas de tamaño estándar. Además, en su presentación tampoco encontramos ni crema ni espuma. El resultado es un café suave y con un sabor más dulce.

Ya conoces las diferencias entre un café expresso y uno americano. Si prefieres un sabor suave, más dulce y ligero, eres de los que prefieren un americano. Si por el contrario, te gusta un sabor intenso, amargo y con una ligera espuma, perteneces al grupo de los amantes del expresso. ¿Qué eliges?