Acabamos de celebrar el día de San Patricio, el 17 de marzo. Y qué mejor manera para acercarnos y homenajear a la cultura irlandesa que preparando un sabroso y delicado café irlandés casero.

Y ahora que tenemos que hacer esa celebración en casa, os vamos a explicar cómo se hace el café irlandés. También vamos a desvelar algunos secretos de esta deliciosa receta que cuenta con su propia historia y que se expandió rápidamente por Europa y EE.UU. por méritos propios.

Historia del café irlandés

Emprendemos nuestro viaje histórico por tierras irlandesas, concretamente a la localidad de Foynes, poco más que un pueblo grande allá por 1940.

Situado en el condado de Limerick, provincia de Munster, la I Guerra Mundial lo convirtió en un punto clave.

Era un foco de atracción de viajeros americanos de cierta posición económica que entraban a Irlanda y Europa gracias a su aeropuerto internacional.

Viendo la oportunidad de negocio, Brendan O’Regan abrió en 1943 una modesta pero lucrativa cafetería restaurante en la misma terminal del aeropuerto.

Esta no tardó en ganarse la fama entre los visitantes, muchos de ellos hombres de negocios y estrellas del celuloide, gracias al buen saber hacer de su chef, Joe Sheridan.

Sheridan tuvo la idea de improvisar una bebida caliente que sirviera confort y consuelo a los pasajeros que se encontraban circunstancialmente retenidos en la terminal por razones climatológicas.

El resultado, un equilibrio perfecto entre la suave amargura del café azucarado, la cremosidad de la nata, la sutileza de la canela y el toque de un whisky con personalidad propia.

Esta bebida se empezó a popularizar a finales del s. XX. Y se convirtió en un auténtico y sabroso remedio para combatir el frio que se ha ganado incluso hueco en el calendario.

El 25 de enero se celebra el Día del Café Irlandés.

Cómo hacer el auténtico café irlandés

Pero, ¿qué hacer para disfrutar de un auténtico café irlandés? ¿Cómo se hace el café irlandés?

En primer lugar, si queremos conseguir la autenticidad total, deberemos elegir bien el alcohol, que en este caso será el whiskey Irlandés. Fíjate en cómo se escribe.  La ‘e’ de su ortografía es la que señala la diferencia con el whisky escocés y americano.

¿Por qué es diferente? Por su elaboración, únicamente a base de cebada secada sin turba y sometida a una triple destilación.

Para este cómo se hace el café irlandés necesitamos:

  • 1 taza de café.
  • 2 cucharaditas de azúcar.
  • 30/25 ml de whiskey.
  • Nata montada o para montar.

Si tienes que montar la nata, ese será el primer paso. Batimos con las varillas hasta que engrose un poco, sin pasarse, para obtener una textura suave y consistente a la vez. Endúlzala al gusto, ya sea con azúcar o edulcorante.

El segundo paso es elegir el café. ¿Cuál es el café ideal? Seguro que es difícil alcanzar unanimidad en el gusto por los cafés, pero se recomienda que sea intenso y cremoso.

En la gama de productos de Tiempo de Café, podrás hacer una buena elección apostando por el ‘Original’, suntuoso y con toques a cereal que armonizarán perfectamente con la cebada del alcohol irlandés.

Encendemos la cafetera. Mientras se hace el café, añadimos a la taza el whiskey y el azúcar. Previamente tenemos que calentar el whiskey y el azúcar en un cazo al fuego.

Añadimos el café a la taza y dejamos unos centímetros hasta el borde.

Por último, añadimos la nata montada con ayuda de una cuchara, intentando que no se mezcle para conseguir esa triple textura tan característica de este café. Para un toque final perfecto, espolvoreamos un poco de canela y unos granos de café, molidos o enteros, según se prefiera.

Y a disfrutar. En teoría esta bebida se toma sin mezclar la nata, en pequeños sorbos que permitan que el café pase por la nata y se impregne de su sabor.

Quienes lo mezclan consiguen al instante una bebida muy parecida a lo que conocemos hoy como el Bayleys.  

Pruébalo de distintas maneras, agrega más o menos cantidades según tus gustos y el de tus invitados y consigue tu propia fórmula ‘secreta’ y perfecta para poder gozar del café una vez más.