Los fans de esta bebida podrían tener menos riesgo de padecer diabetes o alzhéimer, según un nuevo estudio.

Las personas que toman café de forma habitual podrían tener una expresión en sus genes que les ayudaría a evitar ciertas enfermedades relacionadas con el envejecimiento, y en consecuencia, ser más longevos. Esto último no es novedad, porque ya lo adelantó la Universidad de Harvard (EEUU) en un estudio en el que afirmaba que las personas que consumen café frecuentemente podrían tener menos riesgo de muerte temprana. Enhorabuena a los afortunados. No obstante, hay un nuevo hallazgo respecto al consumo de café, y es que según un estudio publicado en la revista Nature Medicine, las personas mayores con niveles bajos de inflamación (causa de la mayoría de las principales enfermedades) tenían un sorprendente rasgo común: todos eran bebedores de cafeína.

En este estudio, el profesor de Stanford David Furman (autor de la investigación) y sus colegas analizaron muestras de sangre de 100 jóvenes y ancianos. En uno de los grupos de personas mayores analizados, observaron que dentro de las células tenían una expresión de los genes de los inflamasomas que manifestaban estrés celular, y además tenían la interleuquina 1B (una citocina) muy alta. Lo que implicaba tener muchos radicales libres dentro de la célula, las arterias rígidas e hipertensión. Mientras que el otro grupo de mayores de 85 años no tenía esa expresión de los genes del inflamasoma. En concreto, las personas que bebieron más de cinco tazas de café al día mostraron niveles extremadamente bajos de actividad en la vía génica inflamatoria. Esto es debido a que la cafeína inhibe este circuito y desactiva el proceso inflamatorio, según los investigadores.

“El café influye seguro en la longevidad», aclara Rosa López Mongil, médico geriatra y coordinadora del Grupo de trabajo de Alimentación y Nutrición de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. «Además, su consumo moderado podría suprimir la inflamación sistémica causada por una activación del inflamasoma”. Eso significa menor riesgo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento como la diabetes, el alzhéimer, la osteoartritis y hasta el cáncer. En la misma línea, estudios realizados por la Facultad de Medinca de Lisboa y la Escuela de Medicina de la Universidad de Oporto (ambas en Portugal) revelan que los bebedores de café tienen el 65% menos de riesgo de padecer alzhéimer.

No obstante, aunque el control de la inflamación sea fundamental en estos casos, los científicos recalcan que el objetivo no es que desaparezca. De hecho, hacen hincapié en que es una función importante del sistema inmunológico, que la utiliza para combatir las infecciones y eliminar los compuestos potencialmente tóxicos. Pero con el envejecimiento, el proceso no se regula tan bien como en un cuerpo más joven.

Y ojo, porque la geriatra insiste en que “no se puede deducir que haya una causa efecto. Es decir, que si eres hipertenso o tienes riesgo de enfermedades cardíacas seguramente te venga fatal beber café. En cambio, a quien le guste, pueda beberlo y tenga familiares longevos, perfecto, puesto que en este estudio han encontrado que puede ser que la cafeína antagonice a moléculas inflamatorias. Es un gran descubrimiento”.