Cuando el calor aprieta, una taza de café caliente puede no ser la mejor opción. Ahí es donde entra en juego el cold brew, un café frío, suave y con menos acidez que el café tradicional. Prepararlo en casa es más fácil de lo que imaginas y, con un poco de paciencia, podrás disfrutar de una bebida refrescante y llena de sabor en cualquier momento del día.

¿Qué es el cold brew y por qué está tan de moda?

El cold brew no es simplemente “café con hielo”. Es una bebida con personalidad propia, sabor suave y una textura increíblemente sedosa. A diferencia del café caliente que se enfría rápidamente, el cold brew se prepara con agua fría o a temperatura ambiente durante varias horas, lo que le da un perfil muy particular: menos acidez, más dulzor natural y un gusto mucho más equilibrado. El resultado es un café refrescante y suave, ideal para quienes quieren disfrutar del café sin el golpe amargo del espresso.

En los meses de calor, es una opción perfecta para mantenerse fresco sin renunciar a tu dosis de cafeína. Se puede tomar solo, con hielo, con leche o incluso con un toque de vainilla o canela. Y lo mejor: lo puedes dejar preparado con antelación y disfrutarlo durante varios días.

Beneficios del cold brew para tu salud (y tu verano)

Además de ser una bebida refrescante y deliciosa, el cold brew tiene algunas ventajas que lo hacen especialmente interesante. Para empezar, al ser menos ácido que el café tradicional, es más fácil de digerir. Esto lo convierte en una buena opción para personas con estómagos sensibles o que sufren de acidez.

Al conservar mejor los aceites naturales del café, aporta una mayor cantidad de antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres y proteger nuestras células. Además, si lo tomas solo o con leche vegetal sin azúcar, es una bebida baja en calorías. Y como se sirve frío, ayuda a regular la temperatura corporal en los días más calurosos.

¿Qué necesitas para preparar cold brew en casa?

Hacer cold brew en casa es fácil y no necesitas ningún equipo sofisticado. Solo te hace falta:

  • Café molido grueso (como el que usarías para prensa francesa)
  • Agua fría o a temperatura ambiente
  • Un recipiente grande (puede ser una jarra, una botella o un tarro con tapa)
  • Un colador o filtro (puede ser de tela, papel o incluso un filtro de café reutilizable)

La proporción ideal es de 1 parte de café por cada 5 partes de agua, aunque puedes ajustarlo según te guste más suave o más intenso.

Paso a paso: cómo preparar cold brew en casa

  1. Mide y mezcla: Añade el café molido al recipiente y vierte el agua. Remueve con una cuchara para asegurarte de que todo el café esté bien empapado.
  2. Deja reposar: Tapa el recipiente y deja que repose durante 12 a 18 horas. Puedes dejarlo en la nevera o a temperatura ambiente, según prefieras.
  3. Filtra: Pasado el tiempo de reposo, filtra la mezcla para separar el café molido del líquido. Hazlo con calma para que quede lo más limpio posible.
  4. Guárdalo: El cold brew se conserva perfectamente en la nevera hasta 5-7 días. Lo puedes guardar en una botella de vidrio o en cualquier recipiente hermético.
  5. Sírvelo a tu gusto: Puedes tomarlo solo con hielo, añadirle leche, bebida vegetal, un chorrito de vainilla, canela o incluso espuma de leche para una versión más gourmet.

Trucos y consejos para un cold brew perfecto

  • Usa buen café: Al no estar enmascarado por la temperatura o el azúcar, el sabor del café es el protagonista. Elige un café de calidad media o alta, idealmente de tueste medio, para conseguir un perfil equilibrado.
  • Molienda gruesa: Es clave. Una molienda demasiado fina hará que el café se vuelva turbio o amargo. Lo ideal es usar la molienda tipo “sal gruesa”, parecida a la que se usa en prensa francesa.
  • No lo agites demasiado: Solo hay que remover al principio para que todo el café se humedezca. Después, déjalo reposar sin moverlo.
  • Experimenta con las proporciones: Si quieres un concentrado más fuerte, puedes usar más café por menos agua. Luego puedes diluirlo al servirlo, según tu gusto.
  • Añade hielo justo al servir: Para no aguar la bebida, no añadas hielo al recipiente principal. Enfría el cold brew en la nevera y sirve con hielo solo en el vaso.

Un café frío que se adapta a tu ritmo

Una de las grandes ventajas del cold brew es que se adapta a tu ritmo de vida. Puedes prepararlo un día y tener café listo para toda la semana. No necesitas preocuparte por encender la cafetera cada mañana ni por tomar el café corriendo. Además, es una bebida versátil que puedes tomar en casa, llevar en un termo o disfrutar en la oficina.

Si todavía no has probado a preparar cold brew en casa, este es el momento. Descubrirás una nueva forma de disfrutar del café: más suave, más fresca y completamente personalizable. Haz tu primera jarra, guárdala en la nevera y empieza a saborear el verano a tragos lentos. ¿Listo para convertirte en fan del cold brew?

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