Si eres un habitual de las cafeterías, probablemente esto te suene familiar. Pides un café y te sorprenden con un espresso o cappuccino decorado con algún detalle sencillo pero agradable: un corazón, una flor…

Esta disciplina, que recibe el nombre de Latte Art o Espressionismo, viene ganando adeptos en bares y restaurantes de todo el mundo desde hace ya un tiempo. Consiste en crear figuras y dibujos sobre la superficie del café, mezclando su espuma con la de la leche vaporizada.

La clave de su éxito radica en el hecho de que a todos nos gustan las sorpresas y este tipo de acciones nos puede alegrar el día. Los “artistas” del café afirman que es una manera de imprimir el sello de autor a la bebida y que sirve como prueba de que el café es de alta calidad. Y es que es imposible hacer latte art si el espresso y la leche vaporizada no son perfectos.

Para poder hacer arte del latte, es necesario dominar la técnica de hacer un buen capuccino, saber usar correctamente la vaporizadora de la máquina de espresso y practicar mucho, hasta dominar las figuras básicas como círculos y corazones. Luego, las posibilidades dependen de la destreza y creatividad de cada barista. Algunos son capaces de hacer dibujos asombrosos.

Puede sonar a otra moda más, pero lo cierto es que tiene cientos de adeptos en Europa y en Estados Unidos, donde existen dos corrientes principales en el arte del café creativo.

Una se llama “Free pouring”: se dibuja a mano alzada, creando diseños a medida mientras se vierte la leche y la espuma en la taza, sin más ayuda que la propia habilidad manual.

La otra es conocida comoEtching: se dibuja con la ayuda de un instrumento parecido al punzón, una vez que la leche está servida.

Se puede afirmar que el latte art es una disciplina consolidada. Tiene su propio campeonato mundial, cuyo ganador en 2015 ha sido el australiano Caleb Cha. Redes sociales como Pinterest están repletas imágenes y propuestas de todos los rincones del mundo. Y cada vez más escuelas de café ofrecen cursos a baristas y amateurs que se quieren entrenar en esta particular destreza. Hay talleres en Nueva York, Londres, Paris, Barcelona o Madrid, entre otras ciudades del mundo.

Así que ya sabes, si te gusta esta modalidad artística y te apetece iniciarte en ella te animamos a dar el paso. Requiere algo de técnica y destreza, pero sobre todo paciencia y pasión por el café, ya que no siempre sale a la primera y puede que tus primeros dibujos no sean muy reconocibles. Date algo de tiempo.