El café es ese negro líquido que nos salva cada mañana de ser meros zombies que andan hacia su oficina para trabajar. Bendita máquina de vending de café que nos hace volver a ser personas activas y realmente productivas.

¿Pero cómo hace el café para despertarnos? La respuesta es sobradamente conocida. La cafeína. No obstante su efecto no es siempre el mismo entre todas las personas que beben café. ¿Por qué?

La cafeína es un elemento que, dentro de nuestro cerebro, bloquea el efecto de la adenosina (sustancia que regula nuestra actividad cerebral), cosa que nos hace mantenernos alerta y despiertos, ya que bloquean la transmisión de la sensación de cansancio.

Al consumir una sola taza de la negra infusión de la máquina de vending de café, nuestro cuerpo recibe entre 80 y 120 miligramos de cafeína. El efecto de esta sustancia permanecerá en nuestro cuerpo entre 3 y 6 horas, llegando al clímax del nivel de cafeína en sangre a los 30 o 40 minutos.

Gracias a la actividad de la cafeína, en nuestro cuerpo aparece una estimulación de la producción de hormonas cortisol y adrenalina, que son ayudadas a pasearse por nuestro cuerpo gracias a una presión arterial más elevada, y con un corazón que late más rápido.

No obstante, estas alteraciones en nuestro organismo no afectan a todos los individuos por igual, ya que el metabolismo de cada persona es diferente, teniendo una forma distinta de asimilar la cafeína, y por ende, la duración del efecto del café. Igualmente, factores como la edad son muy importantes, ya que una persona de edad más avanzada suele enlentecer los procesos de estimulación del café.

Entre hombres y mujeres también existen también diferencias importantes, y no solo en cuanto a la actividad de la adenosina, sino también a la propia memoria de las personas. Según un estudio francés realizado con más de 500 personas de diferentes edades, tanto hombres como mujeres, en las mujeres cafeteras se detectó un cambio positivo en la memoria, mientras que el cerebro de los hombres no fue en ningún caso afectado por la cafeína. Para los investigadores, esto se podría deber a la mayor sensibilidad de las mujeres, ya que tienen una mayor capacidad receptiva para captar estímulos.

Si estáis preocupados por la cantidad de cafeína que consumís en un día es muy elevada, solo tenéis que pensar que las consumiciones inferiores a 200mg (unos 2 cafés) se consideran dosis bajas; la consumición moderada de café está entre 200-400mg (4 cafés); y finalmente se dice de una cantidad elevada de cafeína en nuestro cuerpo empieza a partir de los 400mg de cafeína en sangre (5 cafés o más).

Así que la próxima vez que veas que un compañero de oficina le afecta diferente que a ti el amargo café, tal vez simplemente sea porque él es mayor que tú.