Hay bebidas que sin importar el clima no puedes dejar de consumir; una de ellas, es definitivamente el café.

Este alimento tiene distintas preparaciones, y aunque al final el sabor sea similar, lo que esconde su procedimiento merece ser reconocido. Para convertirte en un experto cafetero, te compartimos un glosario del café:

Espresso o café expreso: es de origen italiano y tanto su sabor como su aroma son intensos, cualidades que lo hacen ideal si deseas sumar energía o quemar calorías dado el alto contenido de cafeína.

Café cortado, macchiato o noisette: se trata de un café expreso al que se le añade un poco de leche caliente o espuma de leche. Es un poco más suave y con textura cremosa, ideal para un desayuno ligero y delicioso.

Americano: es el tipo de café más conocido y popular en varias partes del mundo, como Venezuela y México. Es un café expreso al que se le añade agua caliente y, en ocasiones, azúcar. Es un poco más suave, pero sin perder su característico aroma.

Cappuccino o capuchino: consiste en un café expreso al que se le añade leche con espuma, se sirve en una taza grande y en porciones iguales de café, leche y espuma (1/3 de taza para cada uno). Además, puede decorarse con cacao o canela espolvoreados encima y con ello, hacer un poco más intenso su aroma.

Café con leche, latte o café au lait: se trata de un café expreso al que se le añade leche caliente y en el que, las porciones regulares son de 1/3 de café y 2/3 de leche.

Café helado: esta mezcla consiste en preparar el café, dejarlo enfriar a temperatura ambiente, verter en una bandeja de hacer hielo y congelarlo. Una vez que los cubos se derritan, el café conservará su consistencia sin hacerse suave ni perder intensidad.