Seguro que te encanta ir a una cafetería y que un barista te prepare un buen café con un dibujo en la espuma.
Y es que con el café, podemos hacer varias recetas como un buen flan de café, galletas y tartas; pero también podemos hacer dibujos, y a eso le llamamos arte latte, el arte de hacer figuras con el café.
Arte Latte, la historia del arte con café
A la técnica de dibujar en la espuma del café le llamamos Arte Latte y su origen se remonta a los años 80, cuando se popularizó esta forma de presentar el café en las cafeterías del mundo de mano de sus precursores Luigi Lupi y David Schomer.
Sorprendentemente, estas dos personas no se conocieron hasta casi 2 décadas después de que cada uno empezara por su cuenta a profundizar y popularizar este arte, que aprendieron en Italia a ver cómo se realizaba la preparación de los capuchinos.
En la actualidad, la popularidad del arte latte ha aumentado considerablemente y es posible deleitarse de él en muchas cafeterías de cualquier lugar. De hecho, se celebran competiciones de esta disciplina por todo el mundo.
Su popularidad es tal, que el arte de hacer figuras con el café se encuentra en constante evolución con nuevas técnicas y fórmulas para hacer más y mejores diseños, pasando de las típicas espigas y corazones a poder dibujar cualquier cosa que te imagines.
¿Qué se necesita para hacer figuras en el café?
El arte de hacer figuras con el café requiere tanto de unas condiciones del café y su elaboración, como de una destreza y talento para hacer las figuras de forma que sean visualmente atractivas, pero, aunque requiere esfuerzo, no es algo que no pueda aprenderse.
En primer lugar, el arte latte suele realizarse sobre un café espresso, aunque también puede hacerse con capuchino, macchiato o un café mocha. Lo importante, y de ahí su nombre, es que sea un café con leche.
La leche, es con lo que haremos las figuras que dibujaremos en el café. Para ello, debemos vaporizar la leche a una temperatura entre los 60º-70º hasta que obtengamos una textura cremosa. Para ello tendremos que contar con una buena cafetera que nos permita obtener la leche vaporizada.
Una vez tengamos la crema, emplearemos la técnica del arte latte para decorar nuestro café. Actualmente hay dos formas de hacerlo, mediante el vertido o caída libre y por medio del etching.
Vertido o caída libre, la esencia del arte latte
La primera de las técnicas para el arte de hacer figuras con el café es el vertido o caída libre, que podríamos decir que es el arte latte de toda la vida.
Este método consiste en realizar el dibujo sobre el café al tiempo que la leche vaporizada va cayendo en la taza por medio de movimientos que el barista hace con la mano para darle forma al dibujo.
Esta técnica es la más sencilla de realizar, pero a su vez, limita los dibujos que se pueden hacer, ya que se hace el dibujo directamente mientras se va vertiendo la leche.
Con el vertido libre podemos hacer las típicas figuras del corazón, la rosetta o la espiga y los más expertos pueden también atreverse con figuras algo más complicadas y elaboradas.
Etching, la evolución del arte latte
Etching significa literalmente “grabado” y supone dar un paso más en los diseños de arte latte que pueden hacerse con el vertido libre.
Este método tiene sus ventajas, ya que no requiere tener técnica para realizar el dibujo mientras se vierte la leche, ya que el dibujo se realiza cuando la crema ya está en la taza de café, pero por otro lado, requiere de una habilidad y un talento artístico para realizar las figuras directamente en la taza.
Podríamos decir que se trata de dibujar en una taza de café, donde la leche cremosa es el lienzo y se utilizan pequeños palillos y otros utensilios a modo de pincel para hacer las figuras y distintos jarabes para darle color y crear diferentes texturas.
Al realizar el diseño sobre la crema una vez está en la taza, podemos hacer diseños más elaborados, aunque hay que ser rápidos para aprovechar la textura óptima de la leche vaporizada. Actualmente, existen máquinas que nos permiten “imprimir” sobre la crema la imagen o diseño que queramos, pero es cierto que así se pierde algo la magia del arte latte.